La fuente
En las entrañas de Almedina
brota un manantial
y por los caños de hierro,
empieza su cantar.
Olé la fuente de Almedina,
escuchad la melodía
esos caños son las trompetas
que tocan de noche y de día
Fresquita el agua en el verano,
templada en el invierno,
la fuente se desborda,
cuando hay un lluvioso invierno.
Ya nadie lava en la fuente,
Con los tiempos nos hemos modernizado han llegado las lavadoras
Y el lavar a mano es cosa del pasado.
.
.
Bebimos en el botijo
a chorro alto y fino,
eso fueron vivencias,
que nuestros hijos,
no las han vivido.
Las mozas en sus caderas
los cantaros de agua llevaban,
pero al subir la cuesta de la fuente,
los quintos se la tiraban.
Los hombres del campo,
muy temprano bajaban y
mientras bebían los animales
las cubas de agua llenaban.
Los carros con la mies
cuando por la fuente pasaban
les mojaban las ruedas
porque con el calor se aflojaban.
Tras la vendimia a lavar capachos,
tras la aceituna los manteos (un montón),
y si alguien se casaba,
a lavar la lana para el colchón.
Duros fueron aquellos años,
pero bonitos al recordar,
entre las mujeres se ayudaban,
a la lavar y a aclarar,
y al subir la cuesta de la fuente,
aprovechaban para cortejar.
Mientras tanto la fuente sigue,
su marcha sin preguntar,
por qué ya no vienen los burros,
ni las yuntas de labrar.
Si algún forastero novia se echaba,
el piso se tenía que pagar,
pero si era un cara dura,
de cabeza iba al pilar.
Por las noches de verano,
los amigos se reunían,
y en la pileta de los caños,
se refrescaba la bebida.
¡Viva! Almedina
¡Viva! su fuente,
¡Viva! el botijo y el cántaro
Y viva los Almedinenses.
Y ya para terminar,
les diremos a nuestros hijos,
que cuiden de la fuente,
Y que beban agua en el botijo.
Sebastián Rodríguez Sánchez
17-5-10
Después de un corto verano quiero retomar el blog que lo he avandonado un poco y lo quiero hacer con esta poesía que escribió mi amigo Sebastian sobre la fuente de nuestro pueblo que tanta historia tiene.